Es de vital importancia que los tomadores de decisiones en industrias obtengan una visión estratégica sobre cómo se puede minimizar el consumo de agua potable a través del uso correcto de agua no potable en los procesos industriales.
La gestión del agua es un tema importante en la transformación sostenible de las empresas en México, así que es de suma importancia conocer las diferencias entre agua potable y agua no potable, además saber cómo aprovecharlas para optimizar su uso.
El agua potable es la que cumple con todos los estándares de calidad para el consumo humano, es decir, que ha sido tratada y desinfectada para eliminar contaminantes, sustancias nocivas y microorganismos. Es el agua utilizada diariamente para beber, cocinar, etc.
En cambio, el agua no potable es la que, aunque puede ser apta para otro tipo de usos, no cumple con los estándares para que sea de consumo humano. Esta agua puede venir de fuentes alternativas, como la captación de agua de lluvia o el tratamiento de aguas residuales, y puede usarse en aplicaciones que no necesitan altos niveles de pureza, como riego, limpieza industrial, de hogares, etc.
Implementar sistemas que aprovechen el agua no potable en procesos industriales puede crear diversos beneficios, tanto ambientales como económicos:
Es importante considerar ciertos desafíos cuando se incorpora el agua no potable en los procesos industriales:
El primer desafío es asegurarse de que el agua no potable que se utilice en los procesos industriales cumpla con los requisitos técnicos necesarios para cada aplicación. Según el uso, puede que se necesite aplicar tratamientos extras para deshacerse de contaminantes o ajustar parámetros como pH y sólidos disueltos.
Una buena estrategia es implementar sistemas de tratamiento escalables y modulables que permitan adaptar el nivel de purificación, conforme la aplicación específica. Tecnologías como la ósmosis inversa, la filtración y la desinfección por luz ultravioleta son opciones que se pueden emplear de manera flexible.
Otro desafío es la integración del uso de agua no potable en infraestructuras y procesos que ya están establecidos. Esta transición puede involucrar ajustes en el diseño de las plantas de producción y en la logística del manejo correcto del agua.
Una estrategia es llevar a cabo un diagnóstico detallado del consumo actual del agua y diseñar un plan de transición que contemple la instalación de sistemas de captación y de tratamiento de agua no potable. Es importante colaborar con profesionales en gestión hídrica, para identificar áreas de mejora y adaptar los procesos de forma progresiva.
El constante monitoreo es necesario para garantizar que el agua no potable usada en las industrias mantenga niveles de calidad altos y los necesarios, además de que los sistemas de tratamiento trabajen de forma óptima.
Como estrategia, es buena idea implementar sistemas de monitoreo en tiempo real que permitan controlar parámetros críticos del agua, como el contenido de sólidos, la turbidez y la presencia de microorganismos. Son cruciales estos sistemas de medición para ajustar procesos y asegurar la eficiencia del tratamiento.
Estos son algunos ejemplos de operaciones en México que han adoptado estrategias exitosas para utilizar agua no potable en sus procesos, alcanzando una buena eficiencia y sostenibilidad.